¿Línea de crédito o préstamo? ¿Qué me conviene más?

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Es mejor hacerse las preguntas antes que lamentarse después, por eso es mejor analizar detenidamente antes de formalizar un crédito o un préstamo qué es lo que más conviene a una empresa o autónomo. Podríamos erróneamente pedir un crédito a un año para pagar un vehículo, pero ¿estaremos en disposición dentro de ese tiempo de pagar el importe integro de la cantidad asumida?

En los casos en que la inversión tiene un periodo de amortización superior al año el préstamo es la figura más aconsejable, ya que permite al negocio ir generando la liquidez necesaria durante varios años para poder ir devolviendo el principal más los intereses.

¿Cuáles son las principales diferencias entre préstamos y créditos?

Es relativamente habitual hablar de forma indistinta de créditos y préstamos para financiar las empresas, pero debemos de saber que estos términos en realidad hacen referencia a contratos distintos. Si bien, en ambos casos la entidad financiera pone a disposición de sus clientes dinero que debe de ser devuelto, la forma en la que se dispone de este y cómo este debe ser devuelto marcan las diferencias.

Mediante el contrato de crédito más habitual, la entidad financiera pone a disposición de sus clientes una cantidad de dinero fijada por el limite del crédito, de la que pueden ir disponiendo a medida que lo vayan necesitando en cualquier momento durante el plazo de tiempo acordado.

El cliente, por su parte, se compromete a devolver la cuantía dispuesta, así como los intereses y comisiones bancarias pactados en los plazos acordados. Además, el cliente puede devolver parcial o totalmente el importe dispuesto antes de su vencimiento, pudiendo volver a disponer de ese importe en futuras ocasiones durante la vida del crédito.

El contrato de crédito utiliza normalmente el soporte de una cuenta corriente donde se van anotando las disposiciones y reintegros que efectúa el cliente, por ello también se denomina “contrato de crédito en cuenta corriente”. Pueden pactarse diversas formas de disponer del dinero de la cuenta corriente asociada: cheque, domiciliaciones, pago en efectivo, tarjetas…

EL CRÉDITO EN CUENTA CORRIENTE RESULTA MÁS FLEXIBLE QUE EL PRÉSTAMO, PUESTO QUE EL CLIENTE TIENE A SU DISPOSICIÓN UNA CANTIDAD DE DINERO DURANTE UN TIEMPO

El crédito en cuenta corriente resulta más flexible que el préstamo, puesto que el cliente tiene a su disposición una cantidad de dinero durante un tiempo, pudiendo hacer varias disposiciones y reintegros respetando la cantidad máxima y el plazo acordados, mientras que en el préstamo el cliente recibe normalmente de una sola vez, al inicio del contrato, una cantidad pactada de dinero, obligándose a su devolución en los plazos e importes preestablecidos en el plan de amortización, cuya variación implicaría costes adicionales para el cliente.

La financiación obtenida por un crédito se puede destinar a la financiación de cualquier tipo de necesidad económica o financiera, permitiendo financiar necesidades puntuales de liquidez para hacer frente al pago de seguros sociales, nóminas, proveedores, etc., siendo una herramienta de gran utilidad tanto para autónomos como para empresas.

Por su parte, los préstamos suelen concederse para financiar la adquisición de un bien o servicio en concreto: un coche, un local, maquinaria, etc.

Coche

Es importante que tengamos en cuenta, que un contrato de crédito se suele constituir por un plazo determinado, generalmente un año renovable, pero que una vez finalizado el plazo se deberá devolver a la entidad financiera o renovarse, pero la renovación está sujeta a la aprobación de los analistas de riesgos, por lo que no se puede tener la certeza de su renovación.

¿Cuáles son las principales características de los prestamos?

A diferencia de los créditos, los prestamos suelen ser de importes más elevados y tienen una larga duración, siendo la práctica más común que se soliciten afrontar inversiones cuyo periodo de amortización es superior al año.

Las principales modalidades de préstamos son los préstamos personales y los prestamos con garantía hipotecaria, cuya finalidad es la adquisición de inmuebles, siendo su amortización generalmente a plazos amplios, para que las cuotas a pagar encajen con los ingresos periódicos, tanto de particulares como de empresas.

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